#6toAniversarioJPSUV.
Escrito por: Leidequer Duben.
“ustedes son la mejor generación
que ha pasado por estas tierras en 500 años”
Vaya que grandeza encierra esa proclama
del Cmdt. Chávez donde nos asume y define como una fuente vital de esta
revolución que él materializó al fragor del pueblo y soldados bolivarianos. Muchos
hemos creído que es así, que no hay porque contradecir estas palabras de quién
es y seguirá siendo el padre de la Juventud del PSUV. Sin embargo cuando uno
otea desde la grandeza de aquella frase comienza a entender que hay un cumulo
de aristas que no aceleran el proceso de aceptación de que realmente somos esa
generación. ¿Nos falta mucho?, sí, aun cuando hemos avanzado valiosos pasos en
la captación, la formación, la organización y la movilización.
El compa Héctor Rodríguez ha sido muy
enfático en reiteradas ocasiones con este tema, él invita a cada joven que le
da aliento patriótico a la JPSUV a palpar tal
afirmación del Cmdt. Chávez, no como un halago, sino como un reto, un
compromiso incuestionable que tenemos que ir intensificando para poder llegar a
ser, pisando firme por supuesto, eso que tanto cuesta creer, “la mejor
generación”, y precisamente por todos los argumentos teórico-históricos
fehacientes de luchas de un pasado reciente que nos obligan a encerrarnos en
salones de reflexión para recargarnos de humildad para así poder llevar el
morral de Chávez hacia senderos de combates visibles y estratégicamente
analizados donde podamos asumirnos aún más valiosos de lo que ya somos en esta
página de la historia.
Seis años nos abordan ya, y miren hermanos
y hermanas en Chávez cuanto nos ha costado ir moldeando las palabras del
Comandante, no estoy haciendo alusión de que no hemos hecho el esfuerzo, al
contrario, me siento plenamente orgulloso como miembro de la J del inconmensurable
trabajo y empeño que le hemos puesto para ir creciendo, no sólo en lo
cuantitativo, sino en lo cualitativo. Hemos dado pasos agigantados en temas de
la formación, del debate pleno, de la entrega innegable como revolucionarios y
revolucionarias desde esta trinchera para las comunidades. Hemos proyectado en
cada discurso, en cada palabra, en cada letra, en cada plenaria que, como hijos
e hijas de Chávez debemos exigirnos más como juventud, más como políticos, más
en lo humano, más en lo colectivo para forjar en la llama sagrada de nuestra
patria la espada de nuestro carácter combativo e idealista.
El oleaje del tiempo ha venido
incrementando el vaivén de la dinámica política durante estos seis años, para
nadie es un secreto que diversos sectores tanto externos como internos han
tratado de doblegar nuestro ascenso de participación, pese a los esfuerzos
planteados por estos sectores nos hemos mantenido firmes, hemos sido participes
de grandes batallas y merecidas victorias que nos han adjudicado
responsabilidades de gobierno como muestra de confianza, responsabilidades que asumimos
con gallardía de militante y humildad revolucionaria, porque reconocemos que un
error o un acierto influye en el equilibrio de todo un equipo que, entiende la
magnitud del salto cuántico generacional que ha dado, a pesar de esta realidad,
es importante traer a colación aquello que muchos ven como un desorden
existencial “lo viejo no termina de morir y lo nuevo no terminar de nacer”, con
esto me refiero a que cuando Cachamay nos dio a luz en 2008 centró sus
esperanzas en nosotros, porque nos vio como una juventud sin mezquindades, sin
vicios, sin envidias absurdas, sin ideas de alcanzar cimas empujando a otros al
vacío. No obstante, hoy 12 de septiembre de 2014 cuando cumplimos un año más,
no es fácil aceptar que, un glosario de antivalores que no había en nosotros
nos fastidia cual espina de arenque en la garganta, y precisamente por eso no
terminan de morir los demonios internos que nos obligan a defecarnos en la
política, para que termine de consolidarse la esencia visionaria de esta
juventud que nació con el estallido de la revolución. Es vital que no perdamos
nuestro sur. Estamos obligados no permitirnos siquiera recrear en nuestras
mentes escenas corruptivas ni individuales que vayan en detrimento de nuestros
sueños, de nuestros esfuerzos y sacrificios, de nuestro amor por estas tierras
que aspiran seamos su mejor generación y que seamos tan sinceros como un beso
en la mejilla o un abrazo a algún camarada.
No somos una juventud contestaría de
los jóvenes de la derecha, somos un elemento básico para el desarrollo de
positivas estrategias políticas de la nación. No olvidemos jamás hermanos y
hermanas cual fue y sigue siendo la esencia, el motivo, la fuerza que nos llevó a congregarnos, a conocernos,
a encontrarnos para luchar hoy junto a Nicolás Maduro por mantener intacta la
visión de Bolívar y los sueños de Chávez.
Sin UNIDAD seguirá habiendo LUCHA, pero
la BATALLA no nos brindará ninguna VICTORIA. Sigamos juntos Por Ahora y Para
Siempre como nos los pidió el Cmdt. Chávez. Felicidades en nuestro día.